sábado, 10 de noviembre de 2012

PROGRAMA Nº 116 09/11/2012

APERTURA

VIAJE A LAS ESTRELLAS




Por: Julio A. Guerrieri

En 1905 Albert Einstein imaginó para su Teoría Especial de la Relatividad, (TER), trenes viajando a enormes velocidades. Si bien dos años antes los hermanos Write habían conseguido un corto vuelo en el primer avión tripulado, el vuelo aún no se había llegado a controlar.
Con la TER el físico alemán estableció nuevas pautas de pensamiento é interpretación de las leyes de la Naturaleza, que si bien siempre estuvieron presentes, nadie se había dado cuenta de sus cualidades. Los trenes viajan en movimientos rectilíneos y uniformes, (bueno, luego de arrancar y antes de frenar sobre una vía recta), y si su velocidad es muy alta comienzan a suceder cosas extrañas. En primer lugar, a velocidades relativistas, esto es a velocidades superiores al diez por ciento de la velocidad de la luz, los trenes comienzan a acortarse en el sentido del desplazamiento. Si el tren tiene cuatro vagones de veinte metros cada uno y la máquina mide otros diez metros, al salir de la estación tendrá una longitud de noventa metros. Pero cuando alcance una velocidad relativista y durante ese viaje a la misma velocidad, podría tener ochenta, setenta ó tal vez diecisiete metros de longitud dependiendo de la velocidad crucero que alcance. Parece increíble pero así funcionan las leyes de la Naturaleza. Y otro tanto pasa con su masa; a altas velocidades la masa del tren, (y la de cualquier cuerpo), aumenta en proporción a la velocidad de desplazamiento. Pero Albert Einstein se dio cuenta que faltaba algo a su teoría: la gravedad para que pudiera funcionar en cualquier parte del Universo. Y encontró que sucedían mucha más cosas en este nuevo escenario. La Teoría General de la Relatividad, (TGR), mostró un paisaje completamente nuevo para la Ciencia y entre sus muchísimas utilidades se contempló el viaje espacial. Uno puede viajar por el espacio y por el tiempo a la vez, pero un cuerpo no puede viajar más rápido que la luz. Ése es un principio inquebrantable.
Hace pocos años y retomando el trabajo en estos tiempos, un concepto tomado de la Ciencia Ficción está en los cálculos de los científicos: un motor capaz de acelerar el propio tejido del espaciotiempo a varias veces la velocidad de la luz. Entonces quizá en un futuro no muy lejano escucharemos de nuevo decir al capitán Kirk: “a toda máquina Scoty”


Bienvenidos al 116º programa de EL TERCER PLANETA


Y gracias por estar.


OBSERVAR EL CIELO A TRAVES DE LA RADIO

Hoy en Observar el Cielo, nos situaremos en la biblioteca Mariano Moreno en Belgrano 450 Bernal Este, Pcia de Bs.As Argentina donde El Tercer Planeta se presentara a las 19 Hs con el audiovisual Potencias de 10, mas tarde a las 21 Hs veremos con nuestros telescopios algo mas que este cielo a simple vista


Buenos cielos.....




EL TEMA



La exploración del cosmos requiere del desarrollo de sistemas de propulsión adecuados. Aunque fuésemos capaces de acelerar hasta cerca de la velocidad de la luz -y estamos lejos de lograrlo- recorrer nuestra galaxia implicaría un viaje de cientos de miles de años. Sin embargo el llamado “motor Warp”, un viejo concepto de la ciencia ficción que fue analizado a fondo por físico mexicano Miguel Alcubierre, capaz de deformar el espacio y recorrer distancias enormes de forma prácticamente instantánea, podría ser una realidad. Y antes de lo que creemos. (Seguir Leyendo)

  Fuente: Neoteo: Ariel Palazzesi



EL LIBRO

"EL SOL DE HIERRO" de Adrian Berry, Editorial Plaza & Janes, 240 págs.



En momentos en los que la Humanidad está siendo testigo de descubrimientos revolucionarios en el área de la Astronomía que afectará de una manera ú otra nuestras vidas en poco tiempo, la obra de Adrian Berry se transforma en una lectura necesaria para ayudar a entender lo que está pasando. EL SOL DE HIERRO trata fundamentalmente el tema del viaje interestelar en forma casi instantánea y el futuro humano en la Galaxia. El autor establece que si queremos viajar a las estrellas debemos olvidarnos de los cohetes con combustión química. Con un lenguaje claro y sencillo la obra se abre paso entre los distintos tipos de formas de navegación. Pero el resto del libro hace hincapié en unos cuerpos en especial: los Agujeros Negros, de los cuales podríamos utilizar sus propiedades para hacer navegar las naves por el espaciotiempo en forma eficiente. Lo que parece un relato de Ciencia Ficción es en la actualidad tomado en cuenta por muchos científicos como proyecto en un futuro no muy lejano. La parte matemática posterior y un apartado titulado "Hágalo usted mismo" con ecuaciones y fórmulas para verificar los argumentos previos del autor, puede dejarse de lado sin ningún problema de comprometer el mensaje de la obra. Un libro para no dejar de leer. JG

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